Usar lentes de contacto implica tener ciertos cuidados y precauciones, algunas de las cuales fueron cambiando con el tiempo debido a la conformación de los nuevos materiales y tecnologías aplicadas. Sin embargo, la pregunta prevalece: ¿Qué pasa al quedarse dormido con los lentes de contacto puestos?
Es conocida esta advertencia, y repetida hasta el cansancio por los
especialistas de la visión. Es que los lentes de contacto pueden
provocar desde sequedad hasta cuadros más graves. Para comenzar, las
lágrimas tienen un pH diferente que las soluciones salinas que se
aplican a las lentes, por lo que el ojo puede lagrimar más para eliminar
esa solución.
Según los ópticos-optometristas, cuando parpadeamos limpiamos con lágrimas la córnea para ayudar a mantener la superficie ocular uniforme y clara, porque cuando la córnea está expuesta al aire, puede llegar a irritarse. Las lentes de contacto necesitan humedad y si la persona sufre de ojos secos, la situación solo podría empeorar.
¿Falta de oxígeno?
Cuando dormimos perdemos la exposición ambiental del oxígeno a la córnea, que es necesaria para mantener la córnea sana. Una lente de contacto limita aún más el oxígeno porque crea una barrera entre el aire exterior y la córnea. Si no llega suficiente oxígeno, puede experimentar lo que se llama hipoxia que es la privación de oxígeno en una región del cuerpo; en este caso en los ojos.
La oftalmóloga Rebecca Taylor, portavoz de la Academia Americana de Oftalmología, ilustró la hipoxia ocular de la siguiente manera: “Es como colocar una bolsa de plástico alrededor de la cabeza para dormir”.
Según los ópticos-optometristas, cuando parpadeamos limpiamos con lágrimas la córnea para ayudar a mantener la superficie ocular uniforme y clara, porque cuando la córnea está expuesta al aire, puede llegar a irritarse. Las lentes de contacto necesitan humedad y si la persona sufre de ojos secos, la situación solo podría empeorar.
¿Falta de oxígeno?
Cuando dormimos perdemos la exposición ambiental del oxígeno a la córnea, que es necesaria para mantener la córnea sana. Una lente de contacto limita aún más el oxígeno porque crea una barrera entre el aire exterior y la córnea. Si no llega suficiente oxígeno, puede experimentar lo que se llama hipoxia que es la privación de oxígeno en una región del cuerpo; en este caso en los ojos.
La oftalmóloga Rebecca Taylor, portavoz de la Academia Americana de Oftalmología, ilustró la hipoxia ocular de la siguiente manera: “Es como colocar una bolsa de plástico alrededor de la cabeza para dormir”.
Una investigación publicada en 2012 por la revista especializada Ophthalmology comprobó que las probabilidades de padecer queratitis (inflamación de la córnea) se incrementaba en casi siete veces en individuos que de forma ocasional dormían con sus lentes de contacto durante toda la noche, en contraste con quienes se los quitaban diariamente.
En conclusión, dormir con lentes de contacto es un factor de riesgo para infecciones oculares serias. En caso de duda respecto del tipo de lente, se debe recurrir al óptico-optometrista u oftalmólogo para que evalúe el caso.
Fuente: www.cnoo.es
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