Cómo reducir el cansancio de la vista tras muchas horas delante de una pantalla
La utilización prolongada de dispositivos electrónicos puede provocar síntomas de fatiga ocular.
¿Le ha pasado alguna vez sentir agotamiento, sequedad y picor en los ojos, visión borrosa o incluso dolor de cabeza tras utilizar durante muchas horas seguidas un ordenador, móvil o tableta? Son los síntomas típicos de la fatiga visual provocada por el uso prolongado de estos dispositivos. No hay evidencias científicas de que la luz de las pantallas provoque daños directos en el órgano visual. Pero sforzar excesivamente la vista puede impactar negativamente en nuestro bienestar, además de hacerle flaco favor a los ojos de quienes sufren problemas como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. Algunas precauciones pueden ayudar a mitigar estos síntomas, sobre todo cuando la necesidad impide poder reducir las horas de actividad digital.
Al fijar la mirada en las pantallas “a corta distancia” se activa el esfuerzo para la lectura. Esta actividad intelectual puede producir cansancio de la vista —en términos médicos, astenopia— si se prolonga mucho en el tiempo, afirma. El otro factor que influye en provocar fatiga ocular es el grado de atención que se pone en el uso de los dispositivos. Está comprobado que cuanto más ponemos atención en una cosa que estamos haciendo, menor es la frecuencia de parpadeo. Y si parpadeamos menos estamos más predispuestos a tener la sintomatología de sequedad ocular.
La fatiga visual puede aumentar también por factores ambientales.
Uno de ellos es la exposición insuficiente a la luz natural, importante
para proteger la salud de los ojos y prevenir problemas más serios como
la miopía. También pueden influir la presencia de luces
fluorescentes o la alta intensidad del aire acondicionado o de la
calefacción en ciertos ambientes de trabajo.
Una posición demasiado elevada o demasiado baja de las pantallas de
ordenador con respecto a la altura de los ojos y la excesiva cercanía de
tabletas y smartphones pueden aumentar el cansancio. Se trata de un agotamiento intelectual
multifactorial.
Consejos
Existen distintos
consejos para mitigar los efectos más molestos de la fatiga ocular aunque el estudio del impacto de la exposición a las
pantallas todavía está en plena evolución.
Un ambiente de trabajo adecuadamente iluminado. Evitar un excesivo efecto
de contraste de las pantallas en los ojos. Por eso, se recomienda usar los
dispositivos electrónicos en lugares con una buena iluminación
ambiental, por ejemplo la producida por lámparas de escritorio o de
mesas de noche. Una luz cálida puesta en el despacho, que llegue
indirectamente a los ojos y que de alguna manera ilumine la pantalla y
el teclado, es lo más confortable. Se desaconseja usar los
dispositivos móviles a oscuras. ya que en esa situación los ojos están
adaptados a una visión nocturna según el entorno, pero se encuentran con
la pantalla brillante que genera deslumbramiento y crea fatiga visual. También conviene evitar que las fuentes de luz generen
reflejos sobre la pantalla. Para las
personas que llevan gafas es bueno que los cristales incluyan un buen
antirreflejante de múltiples capas que contribuya a una buena nitidez de
imagen.
Pequeños descansos periódicos.
Otra recomendación común es fragmentar el trabajo con los ojos fijos en
una pantalla a través de pequeños descansos. Esta
precaución permite retomar cada cierto tiempo el ritmo de pestañeo
habitual, fijado en 15 o 20 parpadeos por minutos, y prevenir la
sequedad ocular. Se recomienda mirar a lo lejos cada 15 minutos,
mejor a través de una ventana, antes de volver a la tarea. Si se va a
trabajar muchas horas seguidas, una buena medida de descanso para romper esa tensión es hacer un receso de cinco o diez minutos cada hora, hora y media.
El uso de lágrimas artificiales en caso de resecamiento de los ojos.
También lubrificar los ojos con regularidad es importante para no
rebajar excesivamente el ritmo de parpadeo. Para lograrlo, aplicar lágrimas artificiales cuando se empieza a
notar síntomas de cansancio visual es una buena precaución. La
recomendación vale sobre todo para las personas con sequedad ocular. Las lágrimas artificiales pueden ser especialmente
útiles cuando se trabaja en oficinas con mucho aire acondicionado o
calefacción. Ponerse las gotas incluso
puede representar una buena oportunidad para hacer un descanso.
El cuidado de la posición en la que se trabaja.
Evitar la fatiga visual es también una cuestión de ergonomía. No respetar las tendencias naturales de la musculatura
ocular aumenta los efectos del cansancio. Por eso mirar
fijamente durante horas una pantalla colocada encima de una torre que
está encima de una mesa no ayuda a mantener los ojos relajados. Lo mejor es colocar el ordenador en una posición
parecida a como si fuera un atril y pensar en la naturalidad de la
postura en la que se lee un libro. Fijar como referencia una
altura que corresponda a la de la mirada en dirección al horizonte. Se aconsejan una distancia mínima de 50 centímetros con respecto a
las pantallas de ordenador y de 30 centímetros para tabletas y móviles, y adoptar una buena posición de todo el cuerpo respecto a
la pantalla para ayudar a evitar dolores de cuello y columna.
Una corrección adecuada de las lentes si se llevan gafas. Hay recordar la importancia de que las
personas con gafas tengan controlada la corrección de las lentes para no
esforzar excesivamente la vista cuando usan dispositivos electrónicos. Así se evita que el sistema visual tenga que hacer continuos reajustes
para tratar de enfocar correctamente la imagen. Es necesario acudir con regularidad a las revisiones ópticas para tomar medidas de prevención y averiguar si hace falta
ponerse gafas para facilitar el ejercicio de la lectura.
Fuente: elpais.es