En 2050, la mitad
de la población será miope. Los cambios en el estilo de vida actual y la
llegada de las nuevas tecnologías están generando que las tasas de
miopía crezcan a un ritmo alarmante entre nuestros jóvenes. A día de
hoy, se estima que cerca del 30% de los jóvenes son miopes. La tendencia
nos dice que, en 2050, ya lo será la mitad de ellos (50%). La orto-k nos permite controlar la miopía.
“Dado que es totalmente imposible que
nos planteemos vivir sin tecnología, los profesionales de la salud
visual deben dar soluciones y poner freno a esta epidemia a la que nos
estamos enfrentando. La miopía no debe entenderse únicamente como un
problema visual, ya que los potenciales riesgos asociados a un ojo con
miopía baja o moderada/alta no son los mismos. Un miope alto tiene mayor
riesgo de sufrir enfermedades oculares como el desprendimiento de
retina o el glaucoma, dos de las causas de ceguera más importantes en
nuestro mundo. Es ahora cuando aún estamos a tiempo de realizar cuidados
y tratamientos preventivos que nos ayuden a frenar esta amenaza y este
aumento miópico de nuestros pacientes”, explica Joan Pérez Corral,
Vicepresidente de la Academia Europea de Ortoqueratología.
Por ello, Conóptica, con su web
www.lentillasparami.com y su campaña en redes sociales, ofrece
información a la sociedad para que conozca que existen tratamientos
optométricos que pueden ayudar a prevenir, ralentizar y controlar el
crecimiento de la miopía en los menores, principalmente, los
tratamientos de ortoqueratología. “La ortoqueratología o las lentillas
de Orto-k son una técnica optométrica que permite ver bien durante el
día sin gafas ni lentillas, sin necesidad de someterse a una operación
de cirugía refractiva, gracias al uso de unas lentes de contacto
especiales mientras se duerme. Estas moldean la córnea de forma
controlada corrigiendo temporalmente el problema de miopía del usuario”,
explica José Garrido, diplomado en óptica y optometría y Responsable de
Servicios Profesionales de Conóptica.
“Además, dado que es un procedimiento
fiable y reversible, es perfectamente apto y aconsejable para niños. Hay
evidencias científicas que demuestran que el uso de lentes de contacto
de Orto-K durante las noches puede reducir, de media, hasta en un 43% el
crecimiento de la miopía en menores”, explica Garrido.
Está probado científicamente que la ortoqueratología u Orto-k, utilizada como técnica que permite controlar la miopía, es segura y el usuario no debería sufrir riesgos de salud ocular derivados del uso de las lentes de contacto.
Sin embargo, como cualquier
adaptación de lentillas no está exenta de posibles complicaciones. Los
principales efectos adversos que se pueden sufrir estarían asociados a
una incorrecta adaptación, a un mal uso o mala limpieza de las lentes.
“Por eso, como en todos los tratamientos optométricos, es tan importante
acudir al óptico-optometrista y contar con un buen y continuo
seguimiento por parte del profesional para evitar complicaciones
serias”, explica Ana Belén Cisneros, Óptico Optometrista y Secretaria General del Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León
“Los meta-análisis existentes sobre orto-k, que son las investigaciones que más evidencia científica proporcionan, concluyen que se trata de un procedimiento fiable y seguro para la ralentización o control de la miopía. Se necesita contar con una buena adaptación del profesional, un buen mantenimiento y cuidado de las lentes por parte del usuario y una actuación rápida ante cualquier complicación que pueda ocurrir. De todos modos, el profesional sanitario estudiará caso por caso e informará de si existe alguna limitación o contraindicación para un paciente concreto”, insiste Pérez Corral.
Garrido, miembro del equipo de Conóptica, una de las empresas pioneras en la fabricación de lentes de orto-k en España, recuerda que “cuando a un niño de 5 o 6 años se le detecta una miopía ligera, su familia debería conocer los tratamientos que existen para su problema, ya que su problema visual puede ser que siga creciendo durante todo el desarrollo del menor y, probablemente no se estabilice hasta finalizar su adolescencia. Por ello, si nos encontramos a un paciente que, con 8 años, tiene ya 2 dioptrías y su tendencia es ganar 0,5 dioptrías por año, cuando cumpla 16 tendrá ya 6 dioptrías si corregimos con gafas o lentillas normales. Si se opta por la ortoqueratología, además de permitir al niño ver bien durante todo el día prescindiendo de gafas y lentillas, podríamos estar ayudando a que la progresión de su miopía se ralentice. Cabe recordar que no es lo mismo tener dos o tres dioptrías que seis o más, ya que aumentan los riesgos de salud ocular asociados a una miopía alta. Además de reducir el riesgo de padecer glaucoma o desprendimiento de retina y tener una mejor calidad de vida, el niño podrá ser, en el futuro, candidato a cirugía refractiva, si lo necesitase. Es muy importante que la sociedad comprenda que la miopía, como en el resto de problemas de salud, podemos cuidarla y tratarla de manera preventiva evitando complicaciones en el futuro. Asimismo, unas buenas técnicas de higiene visual, la realización de ejercicio al aire libre, una buena postura y técnicas de estudio o lectura y, por supuesto, un buen uso de los aparatos digitales nos ayudará a ralentizar esta amenaza que empezamos a enfrentar y que no va a hacer más que crecer”.