Con la llegada del buen tiempo se multiplican los desplazamientos en
coche y también se pueden incrementar el número de accidentes, muchos de
los cuales pueden deberse a problemas visuales sin corregir del
conductor.
Cuando salimos de viaje es habitual que nos
ocupemos de la perfecta puesta a punto de nuestro vehículo. Seguro que
os suena la escena de una larga fila de conductores poniendo a punto la
presión de sus ruedas, o comprobando el estado de sus luces en el inicio
de los puentes o en los meses estivales. Pero, ¿revisamos de igual modo
nuestra visión? La respuesta, por desgracia, es negativa, ya que, según
informa el Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de la Región de
Murcia, el 46 por ciento de los automovilistas no revisa su visión
anualmente, aumentando así el riesgo de sufrir accidentes de tráfico.
La
visión es nuestro sentido principal en el que debemos confiar para
realizar un viaje, pero muchas veces no le damos la importancia que
tiene.
Más susceptibles
Sobre todo si
utilizamos corrección visual y/o superamos los 45 años de edad, es
imprescindible que sometamos a nuestros ojos a nuestra "ITV" particular.
Además
de los factores de riesgo que más influyen en la calidad de visión de
los conductores, como la edad, el estado psicofísico o las enfermedades
oculares, entre otras cosas, existen otros factores concurrentes,
llamados externos o ambientales, que inciden de forma directa en la
visión del conductor, incrementando de esta manera el riesgo de
accidentes de tráfico.
Peligro de deslumbramiento
Los
haces de luz de otros vehículos y la luz natural o radiación solar
constituyen las dos principales fuentes de deslumbramiento al volante.
Una
fotoprotección ocular adecuada, mediante gafas de sol, puede atenuar y
evitar los efectos de la radiación, que se traducen en una serie de
riesgos en carretera.
Situaciones como conducir con el sol de frente
al anochecer y al atardecer, con los reflejos en el asfalto mojado o con
los destellos de la luz del mediodía sobre el capó de otros vehículos
provoca, en muchos casos, pérdida temporal de visión, incrementando el
riesgo de accidentes de tráfico.
Una gafa de sol homologada adquirida
en un establecimiento sanitario de óptica bajo el consejo de un óptico
optometrista, incrementará la sensibilidad al contraste, reducirá el
tiempo de adaptación a cambios bruscos de luz y disminuye los
deslumbramientos y todo esto redundará en una mayor seguridad durante la
conducción.
Para la conducción nocturna, los cristales deben
disponer de un tratamiento antirreflejante de calidad para evitar los
deslumbramientos debidos a las luces artificiales.
Usuarios de lentes de contacto
Las
personas que usan lentes de contacto, cuando vayan a efectuar un viaje
largo en el que tengan que conducir durante muchas horas, es
recomendable que lleven consigo la gafa graduada actualizada, para en el
caso de aparición de molestias como sequedad ocular y fatiga, puedan
ponérsela y llevar la visión perfectamente corregida.
Fuente: http://www.funsavi.es/salud-visual/revisa-tu-vista-y-evita-accidentes-al-volante